Y es que este fin de semana pasado ha sido mi primera vez como músico en una Orquesta profesional, y aunque uno ya tiene sus añitos, he sentido una ilusión y emoción indescriptible. Ha sido con la fantástica Orquesta Sinfónica de Galicia, y aunque ya me habían comentado lo bien que estaba esta orquesta, nada mejor que una semana de trabajo profesional entre ellos, para reconocer que sin duda es una de las mejores orquestas europeas y desde luego de España. Un grupo humano donde actitud, talento y seriedad, funcionan como un engranaje perfecto.
Vivir desde dentro el trabajo profesional como músico y no como Director, ha sido la clase magistral más enriquecedora que he disfrutado en los últimos años.
Increibles las sensaciones tan contrapuestas que puedes llegar a experimentar, dependiendo del lugar que ocupas dentro del proceso de la interpretación y que creo son muy importantes y necesarias para comprender el fenómeno musical. De igual modo, considero tambien interesante que alguna vez el músico tuviera la oportunidad de subir al podio y experimentar la utilización del gesto, en vez de su instrumento, como único medio transmisor de sus ideas musicales.
De la mano del director americano y titular de la Orquesta de Detroit, Leonard Slatkin, hemos trabajado la dinámica Obertura Cándida de Bernstein, las variaciones de I got rhythm y la Rapsody in blue de Gershwin y la difícil y espectacular Sinfonía 11 de Shostakovich. Eso si, con un pianista de verdadero lujo como es el gran Michael Camilo.
Aunque yo solo debía tocar en las dos primeras piezas, esta circunstancia me ha venido "de lujo" para poder estudiar el resto de partituras durante los ensayos, empapándome del buen hacer de este Director y del trabajo desde dentro.
De la mano del director americano y titular de la Orquesta de Detroit, Leonard Slatkin, hemos trabajado la dinámica Obertura Cándida de Bernstein, las variaciones de I got rhythm y la Rapsody in blue de Gershwin y la difícil y espectacular Sinfonía 11 de Shostakovich. Eso si, con un pianista de verdadero lujo como es el gran Michael Camilo.
Aunque yo solo debía tocar en las dos primeras piezas, esta circunstancia me ha venido "de lujo" para poder estudiar el resto de partituras durante los ensayos, empapándome del buen hacer de este Director y del trabajo desde dentro.